miércoles, 28 de octubre de 2009

Lo que la vida te da la vida también te quita

Qué difícil resulta describir la vida de una persona en tan pocas líneas. Qué complicado dar a conocer lo que se piensa sobre alguien, relatar su historia, poner nombre a las situaciones que ha vivido y conmover al lector contando sus vivencias. Pero con alguien como ella, que ha pasado por tantos buenos y, desgraciadamente, tantos malos momentos, resulta más sencillo.
Tan sólo se trata de transcribir su mirada, su gesto, su palabra, su manera de hablar de la vida y de la muerte.

Ella, que no ha recibido ninguna educación, que apenas sabe leer y escribir, pero que tanto sabe sobre la vida.

Nació en un pequeño pueblo y se crió en una casita humilde. Desde niña ejercía de ama de casa y cuidaba de sus hermanos. Desde siempre ha cargado con el peso de vivir para los demás. No tuvo la oportunidad de pensar en lo que necesitaba ni en lo que quería hacer con su vida. Por aquel entonces casi nadie podía hacerlo.

Su primer amor. Su primer y único amor. Su marido. Alguien tan diferente a ella, con ambiciones, enamorado de la vida, apasionado de sus aficiones, inteligente e interesante. Amaba la lectura y la música y por supuesto la amaba a ella. Ella siempre habla de su marido y cuenta cuanto la quería. Su madre le decía que no entendía como había logrado que ese hombre la amase. Ella, que no se contentaba con nada, que no le gustaba ir a bailar, ni al cine ni a pasear. Ella que sólo vivía para trabajar y hacerse cargo de sus hermanos.

La vida no ha sido fácil para esta mujer. Perdió a su hija pequeña cuando ésta tan sólo tenía veinte años por culpa de un cáncer. Perdió también a su hijo mayor años después debido a otro cáncer. Y por si fuera poco, al mes de ésto falleció su amado esposo. Ese que la había hecho tan féliz. Ese que, a pesar de los golpes de la vida, seguía junto a ella y la ayudaba a continuar hacia delante.

Lo había perdido todo, la alegría de vivir, las ganas de enfrentarse cada día a la tristeza que le esperaba. El luto la acompañaría para el resto de su vida, el luto de su ropa pero sobre todo el de su corazón.

Desde entonces, resulta muy complicado verla sonreir. Suele regalarte su mirada empapada en lágrimas y su voz llena de dolor y de desgracia. Para ella la vida es un camino largo que no la lleva a ningún sitio. Se convirtió sin quererlo en una persona aferrada en el pasado, en la tristeza y en la soledad.

Su retrato revela una edad que no tiene, una vejez prematura provocada por el dolor. Es curioso lo preciosa que puede ser la vida para muchos y lo injusta que llega a ser para otros.Ahora ha tenido su primer bisnieto. Una criatura tan indefensa pero que ha conseguido sacar de ella una sonrisa, un respiro para su alma y su mente.

Ella vive sola en su casa llena de recuerdos del ayer. Tiene más hijos que la apoyan y muchos nietos que la visitan y que consiguen con su estancia hacer que sus lágrimas no sean recibidas por el aire.

Ahora ya no tiene a nadie a quien cuidar, sino que es a ella a quien hay que cuidar cada día más.Ella lo sabe. Sabe que la vida le viene de vuelta. Todo lo que ella ha luchado por los demás le toca por fin vivirlo. Ahora se deja querer por su familia y trata de sobrellevar en paz su vida.

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